En el 2008 cambié de prepaga. Es engorroso cuando ya conocés a todos tus médicos, salir nuevamente a la búsqueda. Será por eso que tardé tanto en retomar los estudios ginecológicos de rutina. Encima que, tener que ir al médico no es ir a tomar el té con muffins, no se si es algo generalizado, si me tocó a mi, o qué, pero ya van dos gineco que no me convencen. Muy jóvenes ambas, muy informatizadas, pero sin calidez, ni te miran a los ojos cuando les hablás...
Yo pienso:-
y eso que recién empiezan... qué será de ellas dentro de diez años, cuando ya estén hartas de ver... pacientes, digamos...
Lo mismo me pasó con los dentistas, y todavía sigo buscando...
Uno no sólo expone su cuerpo (que no es poco), sino mucho más que eso.
No pretendo la atención que brindaban cuando yo era chica, porque de esos deben quedar pocos, pero una sonrisa, una mirada y un oído atentos, además de los conocimientos puramente médicos.
Excelente ilus de la gran
Cecilia Afonso Esteves