El fin de la inocencia

Ya venía haciendo indagatorias sobre el Ratón Pérez, Papá Noel, los Reyes Magos. En la escuela, los más “avivados” le habían dicho la verdad, pero él quería seguir creyendo. Hasta que hoy me encaró: “Mamá, decime la verdad, para vos existe o no el Ratón Pérez?” No se imaginan todo lo que me vino a la mente de golpe. No podía salir airosa de semejante trance. Con todo el dolor de mi alma y despidiendo al pequeño que todavía habita en él, le dije la verdad. Y el Ratón traía de la mano a Papá Noel y éste a los Reyes…Y tal como lo había vaticinado, me espetó: “Por qué me mentiste???””Cómo hacías para que no vea los regalos? Cómo no me daba cuenta cuando ponías los regalos en el árbol?” Bueno, tratando de tragarme las lágrimas y maldiciendo al compañerito que abrió su enorme boca en la escuela, tuve que armar toda la explicación acerca de la ilusión, la fantasía, y demás yerbas. Largó el llanto, y mientras seguía preguntando porque? yo me sentía tan miserable… Traté de consolarlo, le hablé lo mejor que pude, me invitó a ver “El viaje de Chihiro” que casualmente (o no) trata sobre la pérdida de la inocencia, y más tarde, ya calmado me dijo: “Mamá, igual les tengo un lugar de creencia en mi corazón, y vos sos mi mejor ratona Pérez y mi mejor mamá Noel y mi mejor reya maga” (Tan mal me habrá visto?) Dénme unos días para reponerme…