"Un niño siempre puede enseñar tres cosas a un adulto: a ponerse contento sin motivo, a estar siempre ocupado con algo y a saber exigir con todas sus fuerzas aquello que desea".
Paulo Cohelo
Martín terminó 2°. Cada año que pasa me da vértigo. Pienso en él, de bebé, dando sus primeros pasos y ahora de golpe, pasando a 3°. Lo veo felíz, vital, sensible, tiránico a veces, dulce, temperamental, curioso...y siento una ternura tremenda.
Lo amo.
¡Felicitaciones el peluchón!
ResponderBorrarMuchas graciassss, Tío!!!!!!!!
ResponderBorrarEstoy pasando a una 4ta infancia.
ResponderBorrarque dulce!!
ResponderBorrarme encanta leer estas cosas maternales... son las mas sinceras!!
por cierto me ha encantado el trabajo que haces!
;)
te cuidas
Hoy:
ResponderBorrarQué bueno! Hay que tratar de no dejarla nunca!
Yeruza:
Gracias por tu comentario!
Ahora paso a visitar tu blog!
Saludos!
Mucho tiempo sin leerte...
ResponderBorrarMe falta bastante para llegar a experimentar tu etapa con Martín. Mi hija, Sirena, recién va por los 2 y medio.
Parece increíble que exista una sola palabra para poder nombrar tooooodo lo que nos provocan los hijos.
Hermoso post!
Saludos