Martín había arreglado para ir a la casa de Micaela (su amiga especial). Este era el segundo intento, el primero se frustró porque cayó enfermo. El encuentro sería el viernes. Le avisé a la abuela Martha, que es la que lo retira los viernes, que no vaya a buscarlo. La mamá de Mica los llevaría.
El jueves a la tardecita, llego a casa y Martín me dice:-Mamá, mañana tengo el cumple de Nacho.
No había desensillado cuando veo sobre la mesa una tarjetita que me lo confirma.
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Y que hacemos con lo de Micaela? No vas?
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Y no má, Nacho invitó a todos los varones!
Me empezó a subir la tanada, llamé a lo de Nacho, para saber hasta que hora era el cumple (la tarjetita no lo decía…) Me atiende un adolescente, le pregunto si hay algún adulto, me dice que no y que el cumple era hasta las 20 hs. Bien. Le dije a Martín que le avisara a Mica por teléfono. De paso la llamé a mi vieja para que ella lo retirara a Martín para llevarlo al cumple.
A la mañana siguiente en el colegio, hablé con la mamá de Mica, y le expliqué el caso, pidiéndole disculpas.
Mañana de mucho laburo en el Jardín, los nenes estaban especialmente caprichosos, hay un nene en adaptación que llora toooodo el tiempo, y contagia a algunos su llanto. Día pesado, pero bueno, es viernes, pensé.
A la tarde sonó el celular: mi viejo.
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Mirá el papá de Nacho me dijo que los chicos se van con él al cumple, no me dijiste nada. Yo comprobé que fuera él, pero organicen mejor esto así no puede ser…
-Queeee? Como que se los lleva el papá? No sabía nada.
Mi temperatura emocional se iba elevando cada vez más, porque además de enterarme recién del tema, mi viejo me pasaba factura...
Ya estaba que explotaba por la suma de acontecimientos y porque mi vida es hacer malabares continuamente y por supuesto, mantener la cordura.
Resumiendo: discutí con mi Directora, porque me vino a decir una gansada, Salí corriendo después del trabajo a ver si le compraba algún regalito al nene del cumple, no encontré nada potable, me fui a buscar a Martín a la fiestita. Cuando llego toco el timbre un buen rato, no abrían y ya me empecé a desesperar. Entré, lo vi mal a Tincho, le habían pisado el pulgar jugando al fútbol…Todavía no habían cortado la torta…era un tremendo descontrol, pibes corriendo por toda la casa (me quería irrrr ) encima tenía que poner cara felíz .
Después tengo que aguantar que el padre de Martín me diga que no me haga tanto problema.