Empezando la cuarta vuelta, de pronto, sentí un golpe muy fuerte de un auto que apareció por mi izquierda, a toda velocidad, y me hizo volar hasta aterrizar en el piso. Grité como loca, más por el susto que por el dolor. Aparecieron voces que me decían: "tranquila, tranquila, estas bien, ...." Abrí los ojos y varias personas estaban mirándome, intentando calmarme. Vino Carlos que estaba a unos metros adelante mio. Me levanté como pude. Calza rota, rodillas y brazo con flor de raspones, dolor, susto... Estaba shockeada, no pude ni insultar al pendejito que se acercó a ver como estaba y a pedir disculpas. Su cara de miedo me dio pena. Tendría que haberlo puteado, estaba enmudecida. La gente solidaria se alejó al ver que había sobrevivido y que no era necesario llamar a la ambulancia. Mi primer accidente con la bici en más de 20 años de ciclismo.
Volvimos despacio, le pedí a Carlos parar en la morera (estaba rota pero quería llevarme las moras)
Llegamos a la casa, me di un baño tratando de pasarme el jabón suavemente por las heridas y los moretones que fui descubriendo de a poco. Miré mi espalda en el espejo porque me ardía, más raspones. Me puse Pervinox y me acosté. Mi miedo eran los huesos. Parece que todo esta en su lugar, duele pero estoy viva y puedo moverme, aún con dolor. Carlos me dijo: "Ahora, vas a tener miedo a salir a pedalear". Miedo? No, pedalear es mi pasión. Espero recuperarme pronto para volver a subirme a mi bici y pedalear feliz.
Al día siguiente, volví a casa, no quería acostarme, si bien había pasado una mala noche. Necesitaba hacer cosas, hacer, hacer, hacer. Cociné, e hice decoupage. Después me sentí cansada y aterricé en la cama.
Estaba agotada.
