Y así llegamos a las Fiestas, en un abrir y cerrar de ojos.
Ya saben que diciembre para mi, habría que sobrevolarlo bien rapidito, y si uno pudiera irse lejos , bien lejos, mejor. El Grinch me invade en esta época. Una vez crecidos los niños de la familia (aún queda mi sobrinita Fran, pero mmmm algo me dice que o ya sabe o está por saber la verdad), ya no hay sorpresa... Para mi, es una época de muchísimo trabajo, y eso sumado al CALOR, no dan ganas de hacer nada extra. Igual, para mantener alguna tradición (no soy de tradiciones, mas bien soy antitradición) veré si el calor y el cansancio me dejan cocinar las clásicas galletas de jengibre (que no son muy argentas que digamos, pero bue, son ricas) y el pan dulce (dedicado a mi hijo que tuvo un año genial en el cole y le encantan las frutas abrillantadas). Pienso que si estuviera sola en el mundo, mi Navidad perfecta sería meterme en la cama con mi bandejita con algo rico para picar y una buena peli, o un buen libro. Nada de comida especial, ni reuniones, total, uno puede reunirse con la familia en cualquier ocasión. Pero bueno, a veces hay que sumarse al deseo de los demás, sobre todo de los mayores que no conciben las fiestas sin reuniones, morfi y brindis.
Me queda siempre el deseo de pasar, algún día, una Navidad blanca. Nada de ensalada rusa, ni calor. Mi adorado frío que justifique las galletas de jengibre y el pan dulce.
De todos modos, les deseo unas fiestas en PAZ, lejos del consumismo habitual para esta época. No hacen falta grandes gastos para festejar, no hace falta el peceto (inalcanzable!!!$$$$), ni turrones, ni nada de eso. Hay Navidad igual sin compras en shoppings ni regalos caros. Muy lejos esta el significado real de la fecha, si es que creemos en ello, con ese despliegue de gastos totalmente innecesarios.
Felices fiestas, abrazo a tod@s!!!
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